El precio de los accesos en coche a las Playas de Cabo de Gata

Este verano, Cabo de Gata se planta (otra vez) y saca la barrera: desde el 21 de junio hasta el 28 de septiembre de 2025, el acceso en coche a sus playas más cotizadas —léase Genoveses, Mónsul, Cala Carbón, Barronal y Media Luna— se restringe para evitar el colapso, proteger el entorno y que no acabe esto pareciendo la A7 en hora punta.

¿Por qué diantres esta movida de pagar los accesos en coche?

Pues porque no es lo mismo llegar a una playa virgen que a un descampado con más coches que sombrillas. En los últimos veranos, el parque natural sufría lo suyo con tanto vehículo, y con razón han decidido que es hora de poner orden. Entre los que aparcan como si estuvieran en el mercadillo, los que se meten hasta la arena y los que luego se quejan de que no pueden salir… pues blanco y en botella: tocaba limitar los accesos en coche.

Así va a funcionar la cosa

Durante este periodo, se habilitan 399 plazas de aparcamiento en la zona de acceso, con un coste de 6 € por vehículo. Pero ojo, que esto no es llegar y besar el santo. Si se llenan las plazas, se baja la barrera y te toca esperar en un “carril de la paciencia” con un máximo de 30 coches. Los horarios de acceso también varían según el mes: en junio y septiembre puedes entrar entre las 8:30 h y las 19:00 h, pero en julio y agosto la cosa se complica un poco más con franjas horarias que se abren y cierran según el volumen de gente. Vamos, que si no madrugas o no vas con el horario estudiado, te puedes comer el coche con papas.

Alternativas al coche: a sudar la camiseta… o subirte al bus

El acceso a pie o en bici sigue siendo gratis. Así que si estás en modo fit o te va la aventura, ya sabes por dónde tirar. Pero si prefieres algo más cómodo, desde San José hay un bus lanzadera que te deja en las mismas playas sin despeinarte. Funciona cada hora de 10:30 a 20:00 h y cuesta 4 € ida y vuelta, 2 € si solo haces un trayecto o 1,06 € si usas la tarjeta del Consorcio de Transportes.

🚌 Horarios y precios del bus

Qué opinan los defensores y detractores?

Los que apoyan la medida lo tienen claro: proteger el entorno natural es lo primero. Con menos coches, hay menos ruido, menos contaminación, menos accidentes y más paz. Además, con opciones como el autobús lanzadera o la bici, no hay excusas para seguir disfrutando del paraíso sin pisotearlo.

Por otro lado, los detractores no están tan contentos. Algunos consideran que esto limita el acceso a las playas a quienes no se pueden permitir los 6 € del parking o el bus si van en familia. También hay quienes desconfían del servicio de autobuses, temiendo que no sea puntual o que no dé abasto en días de máxima afluencia. Y claro, el hecho de tener que madrugar para poder aparcar tampoco ayuda a calmar los ánimos. ¿Es un peaje encubierto o una solución responsable? Pues depende a quién le preguntes.

En resumen… ¿respetas o te cabreas con los accesos en coche?

Esta limitación en los accesos en coche a las playas de Cabo de Gata viene cargada de intención ecológica, sí, pero también puede fastidiar a quienes esperaban llegar a la playa como si nada. Si eres de los que prefieren dejar el coche y sumarse a la experiencia sostenible, ¡chapó! Pero si te parece una traba más del verano… pues lo entendemos también. Eso sí, el entorno natural lo agradecerá, y eso no se paga ni con oro ni con sombrilla reservada.

Consejo práctico para que no te amargues

Si vas en coche, madruga. Así, sin más. Y consulta los horarios antes de salir para evitar tragarte un atasco en pleno parque. Otra opción es aparcar en San José y pillar el bus con toda la calma del mundo. O si estás motivado, te pillas la bici, te haces la ruta a golpe de pedal, y luego te das el baño más merecido del verano. Ah, y por favor: llévate la basura, no seas guarro, que el parque no tiene personal de limpieza 24/7.

Y ahora tú, ¿qué opinas de este control de accesos en coche? ¿Te parece bien o crees que es pasarse de la raya? Cuéntanoslo en comentarios, que aquí se viene a debatir como en la playa: con la toalla bien extendida y sin pisarse.