Mistela abrió sus puertas hace unos meses y desde entonces lo teníamos en nuestra lista para la próxima escapada. Así que hicimos nuestra reserva y allá que nos fuimos.
Local de estilo moderno aunque con ciertos matices eclécticos. En el se respira un ambiente sofisticado y todo gira alrededor de su barra central, en la que se encuentra una vitrina encastrada donde exponen sus mejores productos frescos. En la barra también se encuentra una majestuosa bodega acristalada donde conservan, con mucho mimo, sus mejores vinos.
Sentados en mesa echamos un vistazo a su oferta gastronómica, muy completa y de gran calidad en el producto (no esperábamos menos). Nuestra elección fue de varios pinchos individuales, como las croquetas de jamón, buñuelos de bacalao, arroz caldoso y canelón de pato.
También pedimos varios platos para compartir al centro, huevos rotos con jamón, tartar de atún, boletus con huevo trufado y entrañitas (un clásico en los asados argentinos y que al verlo en carta no pudimos resistirnos a probarlo).
Para el postre nos decantamos por probar la tarta de limón deconstruida, coulant y mousse de mango.
De todo destacamos el arroz caldoso, que estaba exquisito y en su punto de cocción, el tartar de atún fue otro que a todos nos gusto su presentación y sabor, en lado opuesto se quedaron las entrañitas, que no estuvieron a la altura que estas tienen en un buen asado argentino.
Tras nuestra visita y experiencia personal os recomendamos que lo visitéis y nos contéis vuestras impresiones. La nuestra fue encontrarnos con un local, que aunque le falta hacer algún reajuste para llegar a su verdadero potencial, disponen de una buena decoración y una oferta gastronómica de gran calidad en su materia prima. Visitarlos nos hizo disfrutar de un buen rato entre amigos alrededor de una mesa.
Nuestra valoración personal
Local: 9
Servicio: 6.5
Cocina: 7
Precio: 6.5
Dirección: Camino de los Parrales, 308 – Aguadulce
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