A estas alturas muchos ya conocéis La Gallineta y habéis disfrutado de las virtudes de su cocina, es por ello, que esta reseña va para esos pocos que aún no saben de este pequeño oasis culinario de nuestra provincia.
Se encuentra en el Pozo los Frailes, en la misma orilla de la carretera dirección San José, en una casa restaurada con un pequeño jardín a su entrada que hace las veces de terraza.
Su servicio es exquisito y muy atento, su carta y bodega bien seleccionada.Comenzamos con un par de entrantes:
Carpaccio de cecina de vaca con queso extra viejo, delicado y potente (delicado por el corte y el sabor de su cecina y potente por su queso extra viejo al fundirse en el paladar) una combinación de sabores muy acertada.
Atún marinado estilo camboyano con un toque de guindilla y lima (una explosión de sabores frescos como los del cilantro, cítricos de la lima y el Rock and roll en boca por su guindilla) que consiguieron ponernos a todos de acuerdo en que era todo un “platazo” para repetir una y mil veces.
Una vez servidos los entrantes pasamos a los arroces, de los que degustamos: verduras y a banda, los dos exquisitos con un socarrat perfecto en ambos.
El de verduras al dente y sabroso sin nada que envidiar a ningún otro arroz, y el de a banda sublime, acompañado con un alioli casero a mortero.
Finalizamos con los postres, de los que pedimos dos para compartir: tarta de queso con naranja y agua de azahar y tarta de queso Idiazabal con mousse de higo al Pedro Ximénez, ambos caseros y riquísimos.
En resumen, a los que aún no conozcáis La Gallineta solo os podemos decir que no os decepcionará. Están abiertos hasta octubre y la media por comensal ronda sobre 40 €.
Comments
Bato
Una lástima no poder disfrutarlo todo el año 😉