Con tantas críticas buenas… ¡no podía quedarme sin conocer este rincón de la capital!
En pleno centro de Almería, concretamente en la transitada calle de las Tiendas, se encuentra ‘El Chaflan’, un lugar muy singular que sin duda no va a dejarte indiferente. Justo en la entrada, llama la atención un cuidado y elaborado mosaico donde ya me ofrece pistas de lo que me voy a encontrar en su interior; mezcla de artesanía elaborada con toques vanguardistas perfectamente combinados y fusionados.
Una decoración sencilla, vintage, con mobiliario reciclado utilizando palets y otros materiales, predominando los colores neutros con toques de color muy bien escogidos como el color borgoña. Aunque aparentemente puede resultar algo frío, todos los detalles que se observan están tan personalizados, que sientes como el propio espacio te abraza y empiezas a sentirte relajado, dispuesto a disfrutar con todos los sentidos. Detalles como por ejemplo las paredes de pizarra, que a su vez sirven como carta de tapas y raciones. Y digo con todos los sentidos porque la música era espectacular, grandes clásicos pop rock internacional de los años 70,80 y 90. Un descanso del último hit de Shakira o el tan sonado ‘Despacito’, la verdad que no viene nada mal.
Una vez acomodado en una mesa, empezó el espectáculo. El servicio, compuesto por un equipo de jóvenes muy atentos y simpáticos, fue rapidísimo, aconsejándome constantemente en la elección de la comida, muy acertada por cierto.
Pedí varias tapas y raciones, pero voy a destacar algunas de ellas porque sencillamente me parecieron deliciosas.
La presentación era perfecta, cuidadosamente elaborada para no dejar a la suerte ningún detalle visual del plato, todo perfectamente construido, o deconstruido, en función de la tapa.
Me enamoró la calidad de los productos, como por ejemplo los tomates ecológicos riquísimos de los que presumía ese salmorejo cordobés, o un tataki marinado con soja, wasabi y remolacha, prácticamente recién salido del mar.
Sin olvidar los productos típicos de nuestra tierra como la bomba de morcilla de Serón, con el picante en su justa medida envuelta en pasta brick con manzana flambeada en ron blanco y azúcar moreno. Y siendo la huerta de Europa, utilizan las berenjenas como nadie, en su mousse de berenjena hecho a mano con una mahonesa casera y taquitos de secreto ibérico, si eres de los que no te gusta esta verdura, te reto a que la pruebes, ¡te sorprenderá!
Y siendo el protagonista indiscutible de mi experiencia, destaco un trampantojo que me encantó; un pequeño helado compuesto por un cono de bacalao desmigado con cremoso de leche y uvas pasas, de sabor suave y delicado, a la par que sorprendente.
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