¿Almeriense, nostálgico? Hemos pensado en ti. Hoy rememoramos 5 cosas que ya no están en Almería: desde el Bar Los Claveles, archiconocido por su jibia, al edificio de Trino, pasando por el Cine Imperial.
Abróchense los cinturones y disfruten: este es un viaje a tiempos pretéritos con estas cosas que ya no verán en Almería.
Bar Los Claveles
Ubicado en los bajos del Edificio de las Mariposas, en la Puerta Purchena, este establecimiento hizo las delicias de los almerienses desde 1905 hasta su cierre definitivo en 2009. Este pequeño local, con un lugar destacado en la gastronomía de nuestra provincia, también merece el reconocimiento de haber elevado la jibia a la plancha a la categoría de manjar. Era su especialidad más reconocida, especialmente porque durante la primera mitad del siglo XX esta captura no era considerada muy comercial por los pescadores.
Los Claveles cerró porque aceptó la oferta de Cajamar, que desde entonces ocupa este estratégico punto de la ciudad.
El edificio de Trino
Entre detractores y partidarios, el edificio voló. Era la primera hora de la mañana de un domingo de 1998 cuando cayó con precisión matemática bajo la mirada de unas 5000 almas, según cuentan las crónicas de la época. Desde el Gran Hotel Almería, la mano de la mujer del que fuera alcalde, Juan Megino, detonó los 323 barrenos estratégicamente colocados en la estructura. Queda claro que ya no lo verás en Almería.
De esta manera, lo que se llamó «La Gran T» verde de la ciudad quedó unida: el Parque Nicolás Salmerón, la Rambla Federico García Lorca y el Parque de las Almadrabillas. La mole de 9 plantas devolvió las vistas al litoral a los edificios de la zona de Oliveros y dejó la gasolinera del mismo nombre intacta.

No verás en Almería tampoco el Toblerone
El silo de mineral construido en Almería en 1973 por la Compañía Andaluza de Minas fue bautizado de esta manera por su peculiar cubierta, que asemejaba a la conocida chocolatina. Cuando la actividad minera disminuyó en la provincia, el edificio quedó abandonado y en desuso durante años en uno de los puntos neurálgicos de la ciudad: la estación de tren y autobuses.
Pese a que la población se opuso a su derrumbe, finalmente el Ayuntamiento de Almería lo demolió en el verano de 2013. Almería perdió parte de su historia en beneficio de unas zonas verdes y un plan urbanístico.
Cine Imperial
Durante los años 80 y 90, el ocio era bastante diferente a como lo es en la actualidad. Sin plataformas de streaming, piratería o redes sociales, una buena alternativa para pasar el rato era ir al cine. Solo en Almería llegó a haber 13 salas, situadas por toda la ciudad, muchas de ellas con sus respectivas terrazas de verano.
Fue una época con el particular encanto de que las películas que se rodaban en Almería también podían verse en las salas de la ciudad. Hablamos de títulos como ‘Conan el Bárbaro’, ‘El bueno, el feo y el malo’ o ‘Lawrence de Arabia’, entre otras. Desde la Calle Reyes Católicos, la Calle La Reina o El Paseo de Almería, había salas de proyección repartidas, permitiendo a los almerienses ir a pie a ver sus películas favoritas.
En sus mejores tiempos, el Imperial, situado en la Avenida Pablo Iglesias, llegó a tener 4 salas y fue uno de los cines más conocidos de la ciudad, junto a los Monumental, Roxy y Liszt. Pero hoy por hoy ya no verás en Almería esta mítica sala de cine.
Mae West
Poca información queda en internet de esta sala de fiestas, salvo unas fotos que atestiguan los afortunados que cruzaron sus puertas. Emplazada en el Parque Nicolás Salmerón, era un lugar entretenido donde pasar el rato, escuchar monólogos o tomar café. Estaba ambientada por sus emblemáticas hojas de tabaco que colgaban del techo y el símbolo de una muñeca de los años 20 con la cabeza desproporcionadamente grande.
Los autobuses de la ciudad estaban empapelados con publicidad del sitio; era el templo del deseo para los jóvenes de cejas muy depiladas, pantalones campana extra bajos de tiro y aros blancos.
Murió de éxito con el cambio de década, la prohibición de botellones en el parque, los tribales, el pelo en cenicero y demás modernismos.
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