Hay quienes van al gimnasio por rutina, otros por obligación, y luego están quienes descubren que moverse también puede ser una fiesta. Y si además esa fiesta se convierte en un punto de encuentro donde conocer gente nueva, reír, liberar tensiones y sentirte parte de una comunidad… entonces ya no estamos hablando solo de ejercicio. Estamos hablando del Zumba Social Club, una propuesta que ha aterrizado este verano en Almería con un objetivo claro: hacer del bienestar algo colectivo, divertido y sin postureos.
Mover el cuerpo, activar la mente… y el alma
Detrás de esta iniciativa está Mari, una instructora de zumba con licencia oficial y una energía que contagia a la primera canción. Su idea no es solo enseñar coreografías o hacer sudar la camiseta, sino crear un espacio seguro donde cualquiera —sin importar la edad, la experiencia o el estado de forma— pueda sentirse bien.
Las clases se imparten al aire libre, aprovechando el clima privilegiado de nuestra tierra. En Almería capital, los encuentros son cada viernes a las 20:00h en el Parque de la Vega, mientras que en Almerimar se celebran los sábados o domingos a las 20:00h, en plena zona del lago. Nada como bailar al ritmo de la música latina con el cielo almeriense de fondo.
Un club para no estar solo
Pero lo que hace especial al Zumba Social Club no es solo el ejercicio. Lo que realmente lo convierte en una propuesta diferente es el componente social: tras cada clase, el grupo se traslada a un bar cercano para seguir compartiendo momentos entre risas, tapas y buena compañía.
En Almería, el punto de encuentro es el bar El Quinto; en Almerimar, los locales colaboradores son El Tiburón y Mae Playa. La idea no es solo “tomar algo”, sino combatir esa soledad silenciosa que muchas personas arrastran. Crear red, conocerse, hablar cara a cara y sentirse parte de algo.
Una medicina natural con efectos secundarios positivos
Bailar zumba no solo es divertido. Numerosos estudios señalan que esta disciplina mejora la salud cardiovascular, tonifica el cuerpo y reduce los niveles de estrés. Pero cuando se mezcla con el componente social, los beneficios se multiplican: aumenta la autoestima, mejora la salud mental y ayuda a construir vínculos reales.
En tiempos donde nos cuesta mirar más allá de las pantallas, encontrar un espacio donde compartir una pasión (y unas cervezas) puede marcar la diferencia. Y aquí, nadie se queda fuera. Desde jóvenes con ganas de mover el esqueleto hasta personas mayores que buscan seguir activas, el Zumba Social Club acoge a todos por igual.
Una comunidad que crece paso a paso
Este proyecto acaba de empezar, pero la semilla ya está plantada. Mari ha organizado una clase inaugural totalmente gratuita para este fin de semana, y promete muchas sorpresas a lo largo del verano: desde pulseras de merchandising hasta camisetas y tarjetas para los más fieles. La idea es clara: no solo hacer zumba, sino crear comunidad.
El Zumba Social Club estará activo hasta septiembre, y no hace falta apuntarse a nada ni pagar matrícula. Solo hay que llevar ganas de bailar, ropa cómoda… y quizás una sonrisa de esas que se pegan.
¿Te apuntas?
Si alguna vez te has sentido un poco solo en una ciudad que no para de moverse, si te apetece sudar, reír y conocer gente nueva sin filtros ni formalidades… esta puede ser tu señal. El Zumba Social Club no solo es un lugar donde moverse, sino donde volver a conectar.
Porque sí, el deporte es salud. Pero también lo es sentirse parte de algo.
Y aquí, lo importante no es cómo bailes, sino que bailes con ganas.
🔗 Más info y próximos eventos en su perfil de Instagram.
¡Ah! Y no te cortes en acercarte, incluso si no has hecho zumba en tu vida. En este club, todos son bienvenidos desde el primer paso.
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