¡Ya vienen los reyes! Y vienen cargaditos de… empujones, codazos, de caramelazos, de tirones de ropa, de pelo, de gritos, de… mil y una historia que parecen sacadas de escenas de películas bélicas.
Como la que personalmente viví el pasado año. Estaba yo; una persona ágil, curtida, deportista y avispada en definitiva (tengo abuela pero ha cosas que se deben reconocer, ja ja); en medio del meollo, en mi salsa, cogiendo gominolas por todos los rincones. Y claro, mi rapidez la hora de atrapar dichos regalitos dejaba sin recursos a personas más mayores que tenía al lado. Empezaron a empujarme, a quejarse, hasta que, una “amable” mujer me dijo:
“¿Pero por qué no te quedas en tu parcela?” Pues eso, jaja, en mi sitio, quietecita, esperando a que un caramelito se cuele en mi bolsillo.
Y es que la cabalgata de reyes es una batalla con todas las de la ley, y para librarla es preciso ir equipado/a a la altura de las circunstancias. ¡Veamos!
- Si tienes un muñeco Michelín en casa, ¡métete dentro! Te protegerá de manera integral. Si no es el caso; (¿Qué no tienes un muñeco Michelín? ¡Estás fuera!); Un buen flotador será suficiente.
- Casco, ¡imprescindible! Dirás, ¿pero cómo voy a salir con flotador y casco a la calle? Bueno, ya has probado sin, ahora prueba con y ya, después, saca tus propias conclusiones.
- Chaqueta y/o pantalones con bolsillos de gran capacidad. Porque sabes a lo que vas. Tu objetivo es conseguir gominolas y caramelos para todo el año, no puedes llegar allí y meterte en faena y no tener un buen lugar de almacenaje.
- Pañuelos de papel. Que por qué, pues porque en la mejor de tus suertes quizás solo te revienten las narices de un codazo.
- Zapatos planos y cómodos. Vas a tener que agacharte, levantarte del suelo, saltar, meterte entre las piernas de la gente…, necesitas el máximo confort en tus pies.
- Seguro de accidente. Esta cuestión no hace falta que la explique.
- Espumadera. ¿Pero qué ____? ¡Atento/a! Con una espumadera podrás llegar a caramelos inalcanzables, podrás dar el toquecillo perfecto en manos intrépidas que quieran usurpar tu objetivo, y las malas, a las muy malas… ¡arma defensiva!
- Provisiones. Agua, batidos, zumo, galletas…, necesitas energía, y lo agradecerás cuando tus fuerzas empiecen a tambalearse.
Una vez tenemos todo listo, nos ponemos en marcha, pero…, si vamos con niños…, ¡Atención! ¡Esto es muy importante! Aquí ya no nos jugamos nuestra integridad física, sino la suya, por lo que vamos a requerir de todos nuestros sentidos atentos al 100% para que salgan ilesos del acontecimiento del año que más felices les hace. Para garantizar su seguridad es recomendable llevar a cabo tres medidas:
- Evitar aglomeraciones. No debemos ponernos en las zonas de mayor confluencia de gente ya que podrían pisotear a los niños, empujarlos, incluso podríamos perderlos de nuestro lado.
- Colocarnos en un lugar con visibilidad. Si no hemos podido conseguir la primera fila, podemos situarnos en un sitio lo suficientemente elevado para que los niños puedan disfrutar del espectáculo sin sufrir ningún percance.
- Atentos, muy atentos. Debemos estar en modo vigilancia constante, no podemos dejar ningún ángulo de visión al azar. En este tipo de eventos siempre ocurren situaciones inesperadas, estar atentos puede evitarnos sustos inesperados.
Y después de todos estos consejos, unos más drásticos que otros, ya solo nos queda poner en marcha los preparativos, vestirnos de valor, y por supuesto disfrutar, porque de eso se trata.
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