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Lo que más llama la atención de la carta de La Piká (Mojácar) es la oferta de carnes exóticas. No debe haber muchos sitios en Almería (ni en España) donde puedas probar el sabor de la cebra, el cocodrilo, el camello, el canguro, el buey Wagyu australiano o el avestruz.

Pero centrarse en el exotismo de sus platos para carnívoros sería injusto y quedarse corto. Porque La Piká es una reivindicación de la cocina más invisible, la del Hemisferio Sur. Chile, Australia y el sur de África son los recetarios con más presencia en los fuegos de La Piká, pero también hay sitio para otras cocinas del sur del mundo e incluso para una selección de currys tailandeses (una concesión al Hemisferio Norte).

Es una buena apuesta al menos por dos razones: Apenas tienen competencia y en el sur del mundo están algunas de las cocinas que vienen pisando fuerte, como la australiana o la brasileña por ejemplo.

Tras el proyecto están la ingeniero de alimentos Carolina Schiess (Chile) y el arquitecto Emanuele Ciccomartino (Italia). Enamorados de la costa de Almería, especialmente de Cabo de Gata, buscaron por todo el litoral el lugar ideal para montar un restaurante de cocina étnica con un enfoque muy personal. En Mojácar encontraron hace poco más de un año el equilibrio entre sus deseos y la lógica empresarial.

Ambos son unos apasionados de los viajes, la gastronomía y la cocina. Se nota en la selección de materia prima, en las recetas de la carta, los vinos y diferentes detalles del local, como la colección de revistas y libros sobre los paraísos del sur del sur.

El local es acogedor, con un estilo entre rústico y colonial con detalles contemporáneos diseñado por el propio Emanuele. El protagonismo se lo lleva un mapamundi invertido (ver foto) con Australia en la posición central, una alteración del mapa oficial que es común en muchos países del Hemisferio Sur como forma de reivindicar su protagonismo.

La Piká coge prestado el nombre de la Picada o Pica’ chilena. Se trata de restaurantes que se popularizan con el boca a boca y ofrecen platos sencillos, tradicionales y con todo el sabor de la gastronomía local. Suelen llevar abiertos muchos años y son parte de la identidad nacional chilena.

Además, hasta el 19 de junio tienes la oportunidad de probar algunos de sus platos a un precio inmejorable, ya que es uno de los 13 restaurantes participantes en las Jornadas de Cocina de Temporada con un menú degustación a 26 euros.

Su cocina es honesta y sin pretensiones. Basan el resultado de sus platos en el uso de materia prima fresca elaborada en el propio restaurante. Algunas de las hierbas aromáticas que realzan sus recetas comienzan a salir del huerto urbano instalado recientemente en su casa.

El relleno de la empanada de ternera “Pino” con salsa Pebre resultó sabroso e intenso, propio de una cocina a fuego lento. La masa, bien frita pero tal vez un poco gruesa de más. Al ser de un tamaño considerable acaba uno comiendo mucha masa.[vc_single_image image=”9520″ img_size=”full” alignment=”center”] Los gambones en tempura al perfume de arándano fueron casi perfectos. Delicada y vibrante la salsa de aguacate y wasabi que los acompañaba. Como para repetir en una próxima visita y así darles la oportunidad de mejorar la técnica de la tempura.[vc_single_image image=”9522″ img_size=”full” alignment=”center”] Con una presentación preciosa, la ensalada de tomate estilo “La Piká” fue, para mi gusto, el plato más flojo del menú. Sin duda por la dificultad de encontrar tomates con sabor a tomate en estos tiempos que corren.[vc_single_image image=”9521″ img_size=”full” alignment=”center”] El lomo de canguro a la parrilla estaba justo en el punto solicitado. Su sabor delicado pero inconfundiblemente animal, en algunos momentos recuerda a buenos cortes de la ternera de calidad. Acompañaban la carne un puré de patatas sabroso y un mango chutney donde los sabores dulces predominan sobre los ácidos.[vc_single_image image=”9523″ img_size=”full” alignment=”center”] De postre un panqueque con dulce de leche casero y un helado de vainilla aromático como pocos. Fue un gran broche de oro, incluso para los que no esperamos gran cosa de los postres.[vc_single_image image=”9525″ img_size=”full” alignment=”center”] Del resto de la carta me quedé con ganas de conocer alguno de sus cinco currys tailandeses, el ceviche de salmón, las gambas al pil pil con merkén (un aliño chileno de guindilla seca con toques ahumados), alguna otra empanada y casi todas las carnes exóticas. Serán decisiones para una próxima visita.

Vinos del sur

La cuidada selección de vinos del sur del mundo (australianos, neozelandeses, chilenos, argentinos y sudafricanos) es uno de los mayores atractivos de La Piká. Bien elegidos y a precios competitivos tienen diversidad de opciones (por origen y por variedad de uva). Déjate asesorar, ya que conocen bien los vinos de su carta. Entre las cervezas destacan la Kunstmann chillena, además de algunas artesanales españolas y almerienses. Tampoco hay que abandonar el local sin probar alguno de sus excelentes piscos chilenos y su café de primera.

En cuanto al precio, la carta de La Piká se adapta a todos los bolsillos. Las empanadas, las hamburguesas, los sandwiches, las ensaladas y algunos platos de pescado y carne están por debajo de los 10 euros. Sin duda una buena opción para comer de restaurante sin romper la hucha y con una relación calidad precio difícil de mejorar. El servicio muy profesional y atento, aunque también es cierto que el local estaba tranquilo.

Como valor añadido, la conciencia medioambiental de sus propietarios les lleva a servir las ensaladas en recipientes elaborados con trigo. Es un concepto que poco a poco quieren ir introduciendo en más platos de la carta. En esa línea de recipientes comestibles también tienen los “chupitos antárticos”, hechos de hielo coloreado con siropes. La sobremesa perfecta.

No es un restaurante de gastronomía sobresaliente, pero ni lo pretenden ni hace falta que los sea. Lo que sí se nota es que hacen las cosas con amor y dedicación, y eso va a hacer que su cocina y su servicio sean cada vez mejores. Además, el establecimiento es acogedor e invita a comer sin prisas. Sin duda La Piká es una grata sorpresa, de las pocas que me he llevado en los últimos meses.

Restaurante La Piká
Paseo Mediterráneo, 187
Mojácar (Almería)
Teléfono de reservas: 950 930 744

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