Acertar, o no, en San Valentín

Estamos un poco chalaos, ¡sí, tú también!
Y es que cuando el amor llega no hay armadura que lo resista. Cuando una mirada hace que por dentro explotes…, no tiene sentido hacer como si nada.
Porque solo los locos, los locos de amor, saben lo imperfecta que es la perfección, y que cuando alguien de verdad te importa, no hay montañas lo suficientemente altas, caminos demasiado largos, estrechos, o llenos de obstáculos…
Porque cuando la persona que amas te abraza, nada más importa.
Te besa y el tiempo se vuelve locura. Porque su lengua tiene el sabor más explosivo, sus labios la chispa para que tu cuerpo entero arda.
Porque con esa persona tus días tienen efectos especiales.
Y es que, todo lo que soñemos, todo lo que andemos, todo lo que bailemos, lo que enseñemos, lo que queramos, lo que arriesguemos…; todo lo que ganemos, lo que riamos, lo que lloremos, …¡todo! Lleva el amor por sombrero.
Pero… ¡basta ya de florituras! , ¡Que sí! Que el amor está muy bien, súper bonito, pero a mí… ¡que no me regalen flores!

San Valentín, ¿qué día no? ¿Qué nervios? …y…. y… ¿qué le regalo?

Para ella: un osito de peluche, unos bombones, unas flores, un álbum de fotos con vuestros mejores momentos,…, un colgante, un anillo, una pulsera, una alianza… un perfume.

Para él: colonia, juegos para la Play, calcetines, un chuletón y cerveza para cenar,…, una alianza…; una taza, una manta, un cojín, un, un, un, …, personalizado con una foto de los dos y muchos corazoncitos.

¡Afú! ¡De verdad! ¿No hay nada más en el mundo que estas “cositas” para compartir con esa persona especial?

Vamos a hacer un ejercicio, ¡vamos a pensar! ¿Qué cosas divertidas, originales, existen en el mercado y le gustarían a nuestra persona favorita del mundo?