Hoy en el día de la Mujer queremos hablar de tres almerienses que son un ejemplo inspirador.
Mujeres almerienses rompedoras que trabajan con pasión porque realizan una disciplina que las motiva. La pincha discos, Bómbora, la tatuadora, Marina López y la agricultora Rosa María Pérez han sido las elegidas, pero seguro que no son las únicas y al leer estas líneas se os vienen a la cabeza muchas más mujeres valientes.
Tres mujeres almerienses inspiradoras
Bómbora pincha vinilos de Rock and Roll de los años 50 y 60, Rit and Blues, Soul y Funky por los locales de Almería. Donde va llama la atención, tiene una larga melena negra y aire de vivir en su propio mundo, suele llevar camisetas de grupos de rock.
Fue un amigo quien la animó a “sacar los discos fuera” y así comenzó su rodaje. Hace año y medio que la podemos ver por los garitos, Vértice, Bombo, Tigre Ciego, El Rinconcillo, etc. Su música llega porque “está bien hecha, es para bailar y nostálgica”, dice. También considera que es una música que une generaciones, bien acogida por los jóvenes.
¿De dónde procede tu evocador nombre?
Del famoso tema Bombora del grupo The Atlantics, que a su vez utilizaron ese nombre en referencia a una ola que se forma en Australia.
Es bastante sorprendente verla en directo porque en una enorme caja busca los discos que introducen la siguiente pista. Sobre la mesa de mezclas dos platos, cambia el vinilo, sostiene la aguja y con los cascos escucha la siguiente canción. Acaba una canción, poco a poco se apaga y sube el nuevo tema, muy top, se precisa saber hacer y buen gusto musical. Un tema que nunca puede faltar es Batman to the rescue de Lavern Baker.
Suele improvisar la sesión, se fija en la gente, si quiere bailar, si llega un colega que le gusta determinada música. Sin embargo, todo queda muy limpio y no hay fallo, por eso la siguen llamando.
Esta almeriense estudió Derecho que a día de hoy le proporciona el sustento, pinchar fue algo casual, casi por accidente, desde la adolescencia siente un gran amor por la música fuente en esta etapa cuando comenzó a coleccionar vinilos, La Caverna e internet son su fuente de suministros. Y poco a poco el acercamiento ha sido cada vez mayor, hace 4 años empezó a tocar la guitarra y ahora toca el bajo en dos grupos de Rock and Roll.
Podéis verla en Vértice jueves alternos en torno a media noche, el próximo será el 19 de marzo. Id preparados para no parar de bailar. Seguid su actividad a través de Facebook.
Mi tatutadora de barrio es Marina López, era la niña que siempre iba en patín, la que hacía surf y ahora juega con aguja y tinta. Esta roquetera de 26 años, descubrió su profesión casi por accidente hace unos 4 años. Aspira a ser una tatuadora realista, por ahora hace estilo tradicional americano personal, colorista, desafiante y con cierto punto taleguero.
El dibujo es una herramienta para canalizar sus emociones, aunque dice que a veces es difícil porque la gente quiere no arriesga, no quieren algo con más de cuatro colores.
¿Cómo afrontas las modas?
Ahora viene mucha gente que quiere taparse las letras chinas o los tribales. La solución sería darse sesiones de láser que atenúan la tinta y hacen que el tatuador pueda trabajar en la piel sin estar tan limitado. Pero hay quien lo tiene clarísimo y no lo saques de ahí, a veces puedes conducir un poco al cliente de manera que sea mejor para él y más gratificante para el tatuador.
Está muy de moda la geometría y el puntillismo. Con los infinitos prefiero cambiar la idea. La semana que viene tatuaré a una clienta que quería meter dos iniciales en un infinito y le di una vuelta por un diente de león, la mujer quedó tan contenta.
Hay quien viene con una foto y eso es lo que quiere tatuarse. Yo misma tengo en esta manga la foto de un mendigo y no tengo ningún parentesco con él, ni familia que viva en la calle, pero me gustó.
¿Te han discriminado por ser chica?
No. Cuando viene una persona al estudio y me ven la tinta confían en mí. Aunque tienden a dirigirse al hombre, como si yo estuviera de recepcionista a no ser que me vean tatuar o dibujar.
¿Hay que ser rebelde para ser tatuadora?
El tatuaje es un estilo de vida porque te condiciona tu día a día. Diría que hay que tener un punto de atrevimiento. Hay quien lo tiene claro a los 30, a los 40 o a los 80 años.
Hace poco tatué a una mujer de 83 años, porque todavía sigue habiendo prejuicio. Era viuda se tatuó el nombre de su marido por el pecho donde ni siquiera se lo hubieran visto, era la típica yaya y vecina de mi abuela, nos pasamos de riendo todo el tiempo mientras trabajaba. Para mí a todo el mundo le pega llevar un tatuaje, me sorprendió la edad, estoy segura de que se lo hubiera hecho antes, pero por el qué dirán esperó.
Visita su Instagram para ver sus trabajos, Holdfastpainting
Rosa María Pérez es una mujer empresaria agrícola almeriense. A sus 25 años, lleva 3 hectáreas (3 campos de fútbol) de invernaderos en Las Norias de Daza. Es el relevo generacional, hija única y graduada en Magisterio Infantil. Tiene una larga melena negra y no se amilana ante nada, ni cuando hay que arrancar el torillo, a mano, no tiene llave, ni para cargar los pallets, ni para acular el camión en el muelle de la alhóndiga, su padre decía que era una “tía macha” para elogiar su valentía. Cargaba el Mercedes de los domingos de habichuelas y cuando los mozos la veían llegar a descargar se llevaban las manos a la cabeza dos veces, primero por el coche y segundo porque aquella flaca no llegaba a los 20 años.
¿Qué ha sido lo más positivo que te han dado estos años?
Que te respeten, que te valoren, que muchas veces te ven y dicen: “¿pero tú eres agricultora?”, incluso mujeres. Muchas cosas las aprendes con el tiempo con tu propia experiencia. Es gratificante porque ves tus plantas que las tocas que son seres vivos y salen adelante, es como otro trabajo.
Lo mismo se hace una bata de cola, que va al Rocío, que cultiva unos tomates buenismos, también tiene la capacidad de ir al campo con pestañas postizas, pantalón palazzo, cuñas y ponerse a liar los tomates que están volcados. “Lo cortés no quita lo valiente, la profesión a por dentro”, ríe al decir estas palabras.
“Los agricultores son personas muy observadoras, porque tienen que ser capaces de ver los cambios de las plantas, estar atentos a los ciclos, no es fácil ser agricultor”.
Por mi observación deduzco que también deben saber escuchar y aprender de la experiencia de otros compañeros de profesión. Ella tiene como hombre de confianza a uno de sus tíos y siempre lo llama para contrastar el tratamiento hortofrutícola, las fechas de siembra, las plagas…. Después se sientan en torno a la mesa y presumen enseñando fotos de quien tiene los mejores “roales” (deformación de rodal; zona que destaca).
Las nuevas generaciones de agricultores y agricultoras son personas con cierto nivel académico, disfrutan de viajes, gastronomía, moda, como cualquier otro ciudadano. En el siglo XXI en este rincón de España Rosa María Pérez es una empresaria, lejos queda la imagen de penuria que se asociaba al campo en sus inicios.
¿Qué le dirías a alguien que está empezando?
Que tenga mucha fe y mucho empeño, que le dedique tiempo sin tener en cuenta las horas. Si piensas en todos los factores; el tiempo, las relaciones con los trabajadores, la exposición a la meteorología, pues quizás no lo hagas…
¿Hay que tener vocación?
No todos tienen vocación, a todos los trabajos hay que ponerle empeño y fe. A mí me gustaría haber sido La Pantoja, pero me ha tocado esto y me adapto también, soy feliz.
Tres mujeres almerienses, actuales y luchadoras, un pequeño gran ejemplo de todas las día a día miran hacia el horizonte con la cabeza alta y sonríen. Sabemos que sois muchas más por eso os invitamos a compartir en los comentarios de la publicación vuestra “pequeña gran historia” ¿Te animas?
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